
Víctima de añeja enfermedad y a la edad de 93 años dejó de existir en Ciudad Obregon; don Enrique Bours Almada, conocido y emblemático empresario del sur de Sonora. Lloran su ausencia eterna sus hijos Enrique, Beatriz Marina, Rossana, Anabella, Jesús Rodolfo y Mònica, a los cuales procreó con su primera esposa Beatriz, misma que falleció hace ya varios años.

Aunque tuvo mucha participación en diversas actividades, don Enrique empezó su actividad en lo automotriz y posteriormente incursionó en el sector avícola, primordialmente. Hijo de Alfonso Robinson Bours Monteverde y de Rosalba Almada Corbalá, creció en una familia de tres hermanos; los inicios de lo que llegaría a hacer como emprendedor, empresario y hombre de familia, lo aprendió de la carrera que inicialmente se empeñaría en estudiar: la filosofía y así creció como un hombre de carácter, sencillo y prudente, que hacía manifiesta una virtud: predicar con el ejemplo.

Al terminar sus estudios de ingeniería industrial que cursó en la Universidad del Sur de California, a sus 21 años regresó con su familia a Ciudad Obregón y se incorporó al negocio automotriz de su padre, una concesionaria Ford.
Sin embargo, tenía una inquietud que se convirtió primero en hobby y luego en una pasión: la crianza de pichones y luego de pollos que desembocaría en un negocio, la actividad avícola; así, mientras hacía crecer por un lado el negocio automotriz en Sonora y Sinaloa, por el otro se dedicaba al cuidado de las aves y a leer cuanto libro sobre el tema cayera en sus manos.

Con el paso del tiempo, inicia con sus tres hermanos, Alfonso, Javier y Juan que siempre jalaron parejo en 1952, la empresa Bachoco que actualmente es la industria de mayor empresa avícola de México y es de los diez principales productores y distribuidores de pollo en el mundo.
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